En medio de aquel tsunami humano.
Aquella marcha de paz incansable, incontenible, incontable e interminable.
Resistencia de reconciliación nacional.
Nadando sobre mares de indiferencia, de injusticia, de hipocresía.
Con sus cortos pero fuertes brazos, flotando al estrado llega
Aquel dulce niño de blanca tez.
Aquel joven guerrero, de corazón puro, sincero.
Con su paso firme, seguro, sereno…
Alza su voz al viento, al marchante al oyente
A usted que está aquí presente.
Aquel inocente niño, ese consiente hondureño.
Que a su corta edad por una nueva HONDURAS lucha.
Haciendo sus conjeturas, sus discursos, sus travesuras.
La paz de su jardín riega
La tierra de su porvenir prepara
La semilla de la esperanza siembra
Por los frutos de la libertad ruega.
Ese valiente, vivaz, ágil e intrépido joven
Pequeño pero gran caballero
Es Oscar David Montesinos “Oscarito” para los amigos
Este es el más fiel de todos compañeros…
Yovanny Raudales.
Hondureño / mayo de 2010.







